miércoles, 30 de octubre de 2013

TAILS DOLL: EL PELUCHE INFERNAL



Hola de nuevo a todos y todas!!

En esta entrega, os traigo otra leyenda del mundo de los píxeles. Todo el mundo, por muy joven o muy viejo que sea, sabe más o menos quien es Sonic el erizo. La leyenda que hoy nos ocupa, va dedicada al mundo de Sonic en general y en particular a uno de sus compañeros en el juego: Tails. Así que, amigos y amigas, preparaos para conocer a…
 
Tails Doll: el peluche infernal

Sonic R es un juego de carreras lanzado en 1997, y protagonizado por los personajes de la famosa franquicia del puercoespín azul de SEGA. Se lanzó para la SEGA Saturn, lo que explica que esta leyenda urbana casi no sea conocida en nuestro país: esta consola (canto del cisne de SEGA como fabricante de plataformas) no tuvo mucha aceptación en nuestro mercado y fue muy pronto olvidada. Lo cierto es que el juego en sí tampoco es gran cosa: fue creado siguiendo la estela de Mario Kart 64, pero debido a unos controles no muy bien diseñados, a un catálogo de circuitos bastante escaso y a una música desquiciante no llegaba a ser ni la mitad de divertido que su competidor. En 1998 se publicó una versión para PC, y años más tarde en 2005 se incluyó en la Sonic Gems Collection para GameCube y PS2, pero nunca llegó a tener mucho éxito en ninguna de estas plataformas.

Pero, aunque no rompiera récords en ventas, este juego de carreras sí sirvió para algo: es el origen de una de las leyendas urbanas más descacharrantes con las que nos hemos topado jamás. En Sonic R se podían desbloquear (con bastante facilidad, además) hasta 6 personajes secretos: uno de ellos es la Tails Doll, es decir, una especie de muñeco de trapo con la apariencia del compañero de Sonic (Tails,
un zorro naranja de dos colas). Al muñeco en cuestión se le ven las costuras, le sale de la cabeza un alambre coronado por una extraña bola roja, es extremadamente lento, avanza flotando sin que sus pies toquen el suelo y, además, cuando juegas con él no deja de sonar una y otra vez una melodía cursi y machacona llamada Can you feel the sunshine? ("¿Puedes sentir la luz del sol?").

Hay que reconocer que el conjunto es bastante siniestro: un muñeco de trapo que flota en el aire con una expresión inerte mientras suena sin parar una melodía chillona y pretendidamente alegre. Pero este personaje, que no habría pasado de ser en principio un error más de diseño de los muchos de este título, por alguna razón se convirtió años después del lanzamiento del juego en protagonista de su propia leyenda urbana: la maldición del muñeco de Tails...

Según las distintas versiones de la historia, hay dos formas de provocar esta maldición. La primera es,
sencillamente, jugar con el Tails Doll (en algunas páginas concretan incluso que hay que ganar una carrera contra los personajes más rápidos en el modo de juego Tag Race, que viene a ser un pilla-pilla). La otra es escuchar la canción Can you feel the sunshine?, u otro de los temas del juego llamado Livin´ in the city, en una habitación a oscuras (de nuevo, en algunos sitios se indica que ha de escucharse la canción al revés).

Si provocas que la maldición caiga sobre ti pueden ocurrirte muchas cosas... Pero en todas ellas un horror innombrable se adueñará de tu vida. Puede que el muñeco infernal de Tails salga de la pantalla de la consola y te arranque los ojos, para después llevarse tu alma... Puede que te posea y asesine a toda tu familia mientras duermes... Tal vez te incite a jugar más y más, a escuchar sin parar Can you feel the sunshine?, hasta consumirte por dentro y volverte un simple cascarón vacío... O haga desaparecer del mundo a quien no logre escapar a tiempo, hasta el punto de que nadie recordará siquiera que haya existido nunca; excepto tú, que invocaste la maldición y sabrás lo que realmente ha ocurrido...

Y quizás, si tienes mucha, mucha suerte, sencillamente te volverás loco ante esta visión infernal... Y encerrado lejos del mundo, donde no puedas hacer daño a nadie, mirarás con rostro aterrorizado a una esquina de la habitación, observando algo que sólo tú puedes ver, y repetirás sin parar: "¿Puedes sentir la luz del sol? ¿Puedes sentir la luz del sol? Tails está aquí"... Porque el muñeco de Tails es el horror sin mirada, el miedo sin expresión ni voz, la maldad silenciosa que duerme eternamente en el interior juego mediocre, esperando niños incautos que caigan en sus garras.

Como podéis ver, se trata realmente de una leyenda urbana bastante clásica: la del monstruo, fantasma o demonio al que se puede invocar de determinadas formas, pero que causa la muerte de quien se atreve a llamarlo. Lo realmente asombroso de esta historia es que tenga como protagonista supuestamente espantoso a un personaje más bien tierno como es Tails, y que sea precisamente el exceso de cursilería lo que lo vuelve siniestro. Como comentábamos, la leyenda urbana nace bastante tiempo después de la aparición del juego: según páginas que registran mitos de Internet como Know your meme, no fue hasta 2005 que empezaron a aparecer en buscadores referencias a la Tails Doll, curiosamente la mayoría provenientes de Méjico. Algunas versiones dicen que el origen de la leyenda urbana es una noticia publicada en este país sobre un niño que sufrió un ataque epiléptico jugando a este juego; lo más normal es, sencillamente, que alguien publicara un vídeo o relato breve que se viralizó muy rápido.

Lo más divertido de todo es que esta surrealista historieta ha excitado la imaginación de muchos internautas, y en diversas páginas sobre esta leyenda urbana se recogen innumerables microrrelatos de terror (de diversa y dudosa calidad en la mayor parte de los casos) con este muñeco de trapo como monstruo terrible. Invitamos al lector aficionado al terror de serie B que investigue un poco por Internet; para los más perezosos, les ofrecemos en este enlace una selección de relatos de Tails Doll. Que los disfruten... ¡y cuidado con los peluches cuando se haga de noche.

Como veis, ni siquiera los personajes que acompañan a otros personajes escapan del alcance de este tipo de leyendas

Hasta la próxima.

Prof. TMZ

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